Los mexicanos asistimos —como en los viejos tiempos prianistas— a un nuevo episodio de tráfico de influencias ejercido desde el poder político; en esta ocasión por el titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero.
La reciente publicación de cuatro videos en los que clara y detalladamente se escucha una conversación del fiscal con otro funcionario de la Fiscalía (Juan Ramos López, fiscal especializado de control competencial) acerca del caso de Alejandra Guadalupe Cuevas Morán (presa injustamente bajo el poder de Gertz) y de su madre (nota), pone de manifiesto la grave vulnerabilidad que tenemos como ciudadanos frente al sistema judicial y los órganos auxiliares de justicia.
Gertz, sin aún haberse publicado el fallo que dirimirá esta controversia, tiene en su poder un ejemplar de “el proyecto de Pérez Dayán”, referente a la posible liberación de Alejandra, y con total desparpajo discute y señala que en ese proyecto no se incluyó lo que en conversaciones -el fiscal general (parte acusadora)- sugirió al ministro encargado dictar el fallo: “No le puso lo que dijo que iba a ponerle”, dice Ramos. “No”, añade Gertz. Y Ramos continúa: “Porque según que iba a poner que sí hay delito y que sí tiene que ver lo de la participación y no la complicidad”. Gertz concluye: “Lo dice y lo desdice, lo vuelve a decir y lo vuelve a desdecir”.
“Los hombres nacemos libres, la libertad es un derecho humano fundamental que debe ser protegido con todas las garantías que nos indica los ordenamientos jurídicos nacionales e internacionales; (…) la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”; reza el preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos. (leer)
En esencia, en un panorama como este, vemos como la libertad de una persona, Alejandra Cuevas, ha sido objeto de un vulgar tráfico de influencias y abuso de poder, del uso faccioso de una alta investidura para satisfacer las vendettas personales del fiscal, en franca violación de los derechos humanos.
¿Qué acciones tomarán las autoridades competentes en torno a este asunto? siendo sensatos, la autonomía judicial ha quedado manifiestamente en tela de juicio con este actuar.
Sueño con un México hermanado por ideales de justicia, de respeto por los Derechos Humanos; de reconocimiento mutuo, donde no sea un padrinazgo político o autoritario lo que se imponga sobre la verdad de los hechos. Alguien podría decirme que es una quimera y quizás tengan razón; pero estoy plenamente convencida de que solo transitando estos ideales impulsaremos un verdadero Estado de derecho, de paz y bienestar social para todos.
Por otra parte, y sin menoscabo de lo que hasta aquí he dicho, manifiesto que si bien entiendo que es un asunto muy polémico, el que se haya interferido una comunicación privada entre el fiscal general de la República y otro funcionario de esta institución —pues la ley establece que las comunicaciones telefónicas con inviolables y una máxima del derecho es que “no podemos defender derechos violentando otros”—, creo que es necesario abrir el debate de hasta dónde los funcionarios públicos, en el tratamiento de asuntos de interés nacional manejados con dinero del erario, no deberían dar a conocer sus comunicaciones sensibles, que estén obligados a hacerlo cuando se encuentren de por medio temas fundamentales, como lo es el derecho a la libertad de una persona. Es hora de abrir ese debate en consonancia con la conseja que suele repetir el presidente Andrés Manuel López Obrador: “La vida pública debe ser cada vez más pública”.
Y en ese tenor de transparentar los asuntos públicos, es que me parece interesante cerrar con la transcripción de una parte medular de las conversaciones telefónicas entre Gertz y su subalterno, en la que para mí no se deja lugar a dudas de que estamos ante una grave intromisión de la Fiscalía General de la República en decisiones que la Suprema Corte debería tomar con total soberanía.
ofrezco de antemano una disculpa por reproducir, aunque con auto censura, algunos de los términos soeces que usa el fiscal, en aras de la fidelidad al propio testimonio.
Dice Gertz Manero:
“Licenciado [Ramos López], ya estoy mandando ahorita el documento, ya lo volví a leer… es ridículo; por ejemplo, no dice que la propia p*nd*ja que está en la cárcel en autos dijo que ella hacía lo que dice que no hacía; y después de hacer toda esa descalificación muy cabrona, muy cobarde, más cobardemente dice: ‘yo me lavo las manos, yo ya te desprestigié (sic) y ahora que te chinguen ellos porque ya estamos todos de acuerdo’. Esto no tiene p*ta madre. Ahora sí ya lo analicé a fondo, ya lo leí tres veces completo; ahí va usted a ver todas las anotaciones; esto lo tiene que decidir [Víctor] Olea (intermediario entre el fiscal y los ministros de la Suprema Corte) y también Germán. Además, déjeme decirle una cosa: si el lunes se hace público, a partir del momento en que se hace público, yo puedo presentar todos los alegatos que yo quiera, y no hay una sola imputación de que yo haya tenido una sola intervención”.
A lo que responde Juan Ramos López: “Nada, no hay nada doctor, una llamada no hay”.
De este fragmento nos quedan claros varios asuntos: a) el fiscal general de la República tiene en su poder un documento que legalmente no debería conocer; b) este documento fue objeto de anotaciones que serían instrucciones del fiscal a la Suprema Corte de Justicia, c) quien, valiéndose de su cargo, a través del abogado Víctor Olea dirige mensajes al ponente del proyecto y no pidiendo justicia, sino instruyendo a tomar una decisión a la medida; y, d) la separación de poderes, piedra angular de toda democracia ha quedado absolutamente violentada con este accionar.
Ante esto debemos cuestionar al presidente Andrés Manuel López Obrador: ¿En La Mañanera de mañana lunes 7 de marzo insistirá en que Gertz Manero es un hombre cien por ciento honesto, “incapaz de fabricar delitos”? ¿No es esta filtración razón suficiente para solicitar al Senado de la República que llame a comparecer al Fiscal y que sea sometido al proceso conducente para que sea removido de su cargo? ¿Un presidente que se dice “moralmente indestructible” puede seguir avalando a un fiscal que miente, manipula y ha violentado las instituciones democráticas doblegando al poder judicial a su antojo? ¿Qué piensa el presidente de los términos misóginos con los que el Fiscal General de la nación se refiere a una mujer que está privada de su libertad?
Siempre hay oportunidad para corregir.
Ojalá y todos o la mayoría de los periodistas lleguen a la mañanera cuestionando al presidente sobre este incidente vergonzoso que acaba de ser develado a todos los sectores de la vida pública nacional.
Estamos aún muy lejos de someter a juicio a muchos corruptos del anterior y actual régimen. AMLO nos prometió un giro en la historia de nuestro país.
Mañana se revelará el tamaño de su congruencia.
Mañana no me pierdo la mañanera.
Cristina Sada Salinas
Regiomontana, apasionada por la comunicación, en la busqueda de construir opciones de participación ciudadana, para hacer frente a la corrupción del poder político y económico de México.