Por Cristina Sada Salinas
El día de ayer se viralizó la información de que Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), participó en una reunión plenaria de diputados federales del PAN, en donde dictó la conferencia “Los retos de la democracia en México”. Dijo entre otras cosas el consejero que la democracia en nuestro país está en riesgo y se está debilitando, debido al “ataque sistemático en contra de las instituciones”, principalmente electorales, por parte del poder ejecutivo.
Esta participación del árbitro electoral en un evento panista tuvo una respuesta contunde en la conferencia mañanera de hoy. El presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió en contra de lo que consideró un atentado contra la imparcialidad del INE y no ahorró calificativos para Córdova. “Conservadores hipócritas”, llamó a quienes deberían regular de manera independiente las elecciones.
Ante esto, acudí a mi amigo Bernardo Barranco, sociólogo de las religiones y experto en materia electoral por haber sido por muchos años consejero del instituto electoral del Estado de México, quien me compartió su opinión respondiendo dos simples preguntas. Aquí sus respuestas.
Cristina Sada Salinas: ¿Qué puedes decir sobre la legalidad y la pertinencia ética y política de la presencia de Lorenzo Córdova como conferencista en un evento del PAN?
Bernardo Barranco: Formalmente no habría por qué preocuparse de que un partido político invite a algún árbitro electoral a dar su punto de vista sobre algunos aspectos, sobre todo de carácter técnico en materia electoral. Esto es hasta cierto punto saludable. Pero en este caso, por la atmósfera que se está viviendo, por la polarización que existe y por el contenido que expresó Lorenzo Córdova en su ponencia acerca de una pérdida de democracia en el país, evidentemente que es un acto político verdaderamente reprochable, sobre todo por cómo está la atmósfera, cómo está el humor político de México. Y esto refleja lo que desde hace mucho tiempo han expresado Lorenzo Córdova y Ciro Murayama; son dos actores electorales a quienes les ha ganado el protagonismo, que se han puesto los guantes y se han subido al ring para guerrear con el presidente y con la 4T. Hay un dicho importante que dice: “El buen árbitro es aquél que no se nota, es aquél que pasa desapercibido”; y creo que Lorenzo Córdova ha caído en una actitud de soberbia, se ha convertido en un actor político y en cada momento refiere, cuestiona, de manera velada, podríamos decir, no directa, pero con un cuestionamiento firme, a las posturas tanto del presidente como de la Cuarta Transformación. De tal manera que el clima de polarización que le achacan a López Obrador también es responsabilidad del árbitro. Ahora, ¿por qué el árbitro tiene un protagonismo inusitado en materia política?, porque los partidos políticos de oposición están realmente debilitados, sin liderazgo, sin autoridad, sin fuerza, sin convicción; incluso con grandes problemas de identidad: un PAN tentado por la ultraderecha de VOX española; un PRI que se dice anti neoliberal; es decir, hay una crisis en la identidad de los partidos. Frente a este vacío, el gran riesgo es que el instituto electoral se convierta en un contrapeso político, y ese no es su papel, ese no es su rol; su rol es contar votos, su rol es dar certeza en las elecciones, no dictar cátedra sobre democracia ni decir qué es la democracia. Yo creo que ese es uno de los grandes riesgos y pecados en los cuales está incurriendo Lorenzo Córdova.
Cristina Sada Salinas: ¿Qué opinión te merece la declaración que hoy dio en la mañanera Andrés Manuel López Obrador acerca de la participación de Córdova en ese evento del PAN?
Bernardo Barranco: Siguiendo la saga de guerra mediática que tienen estos actores, Córdova se lo puso en bandeja de plata, dio pie a reforzar la postura que tiene Andrés Manuel López Obrador de que el árbitro electoral en Ciro Murayama y en Lorenzo Córdova está puesta parte de la esencia de la oposición, de una oposición conservadora. La ironía de decirles “conservadores hipócritas” y otros adjetivos, es consecuencia de este duelo político que se viene arrastrando desde por lo menos hace dos o tres años. Ahora, aquí también el gobierno incurre en un riesgo; así como decía hace un momento, frente al vacío político el INE no puede ser un contrapeso político, un contrapeso alternativo o emergente en términos políticos; el gobierno no puede pretender tampoco el regular ni las elecciones ni garantizar las elecciones, ni mucho menos regular al árbitro electoral, que por esencia tiene que ser autónomo. En cierto momento también el presidente y la 4T incurren en esta tentación de no solamente descalificar al árbitro, sino en cierto momento a través de esta guerra de presupuesto, el poder acotar la independencia del árbitro electoral. Entonces, estamos en momento complejo e inédito, porque uno pensaría que la confrontación política sería entre actores políticos, pero la confrontación en este momento se está dando entre el árbitro electoral y uno de los actores políticos en el poder más importantes como es la presidencia.
Fin de la entrevista.
Amigas y amigos:
¿Ustedes confían en la imparcialidad del INE como árbitro electoral?
¿Aprueban que el presidente AMLO descalifique la imparcialidad de estos actores electorales, como son Córdoba y Murayama?