Ante lucha magisterial, tentación autoritaria de un gobierno desesperado. Entrevista a Diego Enrique Osorno (II)

 07/08/2016 - 04:11

En esta segunda entrega de la charla que el pasado lunes sostuvimos con Diego Enrique Osorno (ver primera parte), nos centramos en la caracterización del plan que el gobierno de Enrique Peña Nieto está operando contra el magisterio mediante la llamada reforma “educativa”, la cual, nos asegura Osorno, es en el fondo un esquema de privatización de la educación que dejaría a la escuela pública sólo destinada para las clases más desprotegidas de nuestra sociedad.

 

La reforma: una campaña contra la educación pública

 

Es una campaña contra la educación pública, porque lo que se busca, yo creo, como tú, es, hacia un futuro cercano, reducir la calidad educativa y el prestigio que tiene la educación en México con el fin de permitir que se cree un nuevo mercado de escuelas, de colegios de muy baja calidad y de un costo bajo para la clase media y la clase media baja, y realmente nada más la gente con un alto nivel de pobreza, tomar las escuelas públicas. Es una campaña contra la educación pública lo que está haciendo, paradójicamente, el secretario de educación pública, al desprestigiar de esta forma a los maestros, no sólo de Oaxaca y de Chiapas, sino de todo el país; al momento de decir que son flojos, que no se evalúan.

 

Es en este punto en el que Diego enlaza la reforma “educativa”, con la energética, al indicar que esta campaña contra el magisterio y la educación gratuita se da en el contexto de una problemática real de falta de fondos públicos para el pago de la nómina de los maestros de todo el país. Para él, la privatización de la industria petrolera nacional está directamente vinculada con la privatización de la educación y una condición previa que desde la visión neoliberal del gobierno se tiene que cumplir: el despido masivo de maestras y maestros. Osorno lo explica de esta manera:

 

Ese pago de nómina proviene de un fondo que se nutre de recursos petroleros, y como sabemos, el petróleo está por los suelos en el precio y además Pemex está siendo privatizada. Entonces es toda una reingeniería que se está haciendo de la administración pública, y ahí no queda claro cómo se va a mantener la nómina magisterial. Entonces, se tienen que crear mecanismos correctivos como esta evaluación para poder ir eliminando a una gran cantidad de maestros, y así mismo, generar un nuevo mercado de colegios privados patito para los estudiantes, los niños de clase media baja y media.

 

Autoritarismo, única respuesta de un gobierno desesperado

 

El pasado viernes, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, amenazó abiertamente al magisterio oaxaqueño al señalar respecto a los bloqueos carreteros que “Se ha agotado el tiempo... Por ello, en breve, se estarán tomando las decisiones necesarias para permitir el tránsito en vías estratégicas y el abastecimiento de las comunidades” (nota). El uso de la fuerza pública para reprimir, la sombra de Nochixtlán, se asomaba tras las palabras del funcionario, quien días después, al estilo foxista, quiso desmarcarse de sus propias palabras (leer), lo cual pareció ser corroborado por la brutal declaración pública del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, a los maestros. Sin empacho alguno, el joven mandatario profirió la tristemente célebre frase que Gustavo Díaz Ordaz usó días antes de la matanza de Tlatelolco en 1968: “Hemos sido tolerantes hasta excesos criticables” (video), y aunque al igual que Osorio Chong, se quiso retractar y hasta pidió disculpas (nota), el mensaje de intimidación y amenaza estaba enviado.

 

Este ambiente enrarecido por un poder político cerrado en una lógica de verticalidad y fuerza, es contextualizado por Diego:

 

Estamos en un momento complicado porque es el cuarto año de gobierno de este presidente que empezó con una actitud totalmente distinta, queriendo plantear puentes de diálogo —me acuerdo que la palabra paz se usaba todo el tiempo bajo cualquier pretexto—, y ahora tenemos estos amagues del secretario de gobernación, de que el límite de tolerancia se agota, y el parafraseo de gobernadores aliados como Manuel Velasco, que retoman frases negras de la historia de México, como aquella de Gustavo Díaz Ordaz... entonces, creo que hay desesperación en el gobierno, eso es muy evidente: el cuarto año perdieron, no tienen muchas posibilidades de repetir, de mantenerse en el gobierno, de dejar a alguien cercano para el siguiente gobierno.

 

Creo que entonces la situación sí es delicada, yo comparto tu preocupación, porque un gobierno así puede tomar las peores decisiones. Si este gobierno en un momento de arranque, en un momento de fuerza, tomó las decisiones que sabemos que tomó en el caso de los estudiantes de Ayotzinapa, ¿qué va a hacer ahora cuando tiene ya evidentemente una serie de presiones, una descomposición interna? Sabemos que el secretario de gobernación está enfrentado con el secretario de educación. Sabemos que Manlio Fabio Beltrones, uno de los líderes más importantes del PRI, ya rompió con este gobierno y está creando un grupo nuevo. Entonces en una situación así, es muy preocupante lo que puede pasar con las expresiones de reclamo hacia esta reforma que se ha implementado, porque se puede terminar convirtiendo lo que ocurre con los maestros, en un problema todavía mucho mayor, todavía mucho más grave.

 

Añade que a pesar de que el propio magisterio oaxaqueño ha diseñado alternativas de salida al problema de la educación, en el sistema político mexicano está ausente la cultura democrática y hay una indignación acumulada tan grande, que un gobierno desesperado no sabe atender sino con autoritarismo:

 

Hace falta serenidad, los propios miembros de la Coordinadora (CNTE), y en el caso concreto de Oaxaca, tienen un plan alternativo de transformación de la educación, el documento se llama PTEO (Plan para la Transformación de la educación de Oaxaca), se puede revisar, se puede documentar (pdf), es un documento que elaboraron los maestros como propuesta alternativa para cambiar la educación, renovar la educación, ¿por qué?, porque hay que recordar que Oaxaca es un estado muy diverso, es un estado con peculiaridades, es un estado donde se hablan 16 idiomas, donde hay 16 culturas, 16 formas de ver el mundo muy distintas, hay una dispersión geográfica, hay una serie de variables que les permiten a ellos decir: bueno, esta reforma que están queriendo implementar aquí podría se de manera distinta.

 

El asunto es que no tenemos en nuestro vocabulario democrático, sobre todo en el de nuestros gobernantes, palabras como plebiscito o como referéndum, para llevar a una votación y una discusión pública este tipo de decisiones autoritarias que nos tienen al borde de un estallido todavía más grande del que ya de por sí hay ahora en Oaxaca.

 

A mí en Oaxaca me tocó hace 10 años ver cómo se sitiaba la ciudad de Oaxaca a lo largo de dos meses. Lo que ocurrió ahora es que en tres o cuatro días fue sitiado el estado completo por el movimiento magisterial; entonces, ¿de qué te habla esto?, de que hay una indignación que se va acumulando, que va creciendo y que un gobierno desesperado como éste, no sabe como atender si no es mediante amenazas y mediante ejercicios autoritarios; ahí sí estamos, me parece, en un momento peligroso para el país, porque pareciera que hay esta tentación de extender la cultura autoritaria para resolver problemas que podrían atenderse de una forma mucho más democrática.

 

(Continuará)

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Cristina Sada Salinas
Regiomontana, apasionada por la comunicación, en la busqueda de construir opciones de participación ciudadana, para hacer frente a la corrupción del poder político y económico de México.

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