Clero y lucha social

 07/04/2016 - 01:39

Entiendo que se genere polémica por el hecho de que una minoría de miembros del clero católico apoye a los movimientos sociales. Hay muchas opiniones de personas que aseguran que los sacerdotes y religiosas no deberían participar en marchas de protesta, o siquiera tomar posturas en contra de las decisiones del gobierno, sino que deberían mantenerse dentro de las iglesias y conventos “administrando” sacramentos y alentando a sus fieles a llevar una vida virtuosa que los “salve” y “santifique” para entrar al Cielo.

 

Sin embargo, mi lectura de los Evangelios me habla de un Jesucristo revolucionario, provocador, que siempre toma una postura a favor de los menos privilegiados, así sean prostitutas, mujeres condenadas o pobres, y todo esto lo manifestó en las calles y centros públicos de reunión.

 

Es por eso que a las personas que admiro dentro del clero, son aquellos sacerdotes, monjas y obispos que escuchan el sufrimiento de sus feligreses e imitan a Jesús, pasando a la acción para defender los justos reclamos de la gente ante un gobierno impositivo, autoritario y represor, como el que padecemos.

 

Recientemente, el obispo de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes, ofreció una misa en pleno bloqueo carretero que los maestros de la Sección 22 de la CNTE mantienen en Juchitán, Oaxaca, en tanto fieles católicos de 15 parroquias de Chiapas marcharon en apoyo al magisterio (nota), acciones que ejemplifican el actuar de esa parte de la iglesia comprometida, que toma una posición política clara y no teme decir su palabra; como lo ha hecho también desde hace muchos años el obispo de Saltillo, Raúl Vera, quien por cierto, estará el próximo martes 5 de julio en la Explanada de los Héroes de la Macroplaza de Monterrey, en donde dará un mensaje de apoyo a la lucha de las maestras y maestros de Nuevo León.

 

Comprendo las serias molestias que nosotros los automovilistas sufrimos por las marchas y plantones, así como los posibles problemas que tiene por esta acciones el comercio y la economía en general; pero al mismo tiempo invito a que nos demos cuenta que durante más de 30 años los derechos laborales y humanos de las grandes mayorías se han ido diluyendo por las políticas de los gobiernos neoliberales; ante lo cual sólo veo tres alternativas:

 

El México violento que desde la institucionalidad ha provocado más de 60 millones de pobres, entre los que se encuentran más de 10 millones de niños en lo que se llama “pobreza alimentaria” (ver).

 

El México violento de las marchas, plantones, bloqueos y protestas, como las que inundaron al país para exigir la aparición con vida de los 43 muchachos de la normal de Ayotzinapa, quienes nos siguen haciendo falta, y como las que se registran ahora en muchos estados por la imposición de la reforma “educativa”.

 

El México en el que encontremos, como ciudadanía consciente, hacer que el gobierno realmente sepa escuchar los reclamos sociales, y mediante el diálogo, no las armas, consiga una paz con justicia para todos.

 

¿En cuál de esos tres méxicos queremos vivir?

 

Todas y todos, incluidos los miembros de las iglesias, estamos llamados a luchar por ese México en el que queremos vivir.

 

Aquí se puede consultar la opinión que sobre este tema tiene mi amigo, el padre José Manuel Guerrero Noyola: leer

 

Espero sus siempre amables comentarios.

 

 

Cristina Sada Salinas

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Cristina Sada Salinas
Regiomontana, apasionada por la comunicación, en la busqueda de construir opciones de participación ciudadana, para hacer frente a la corrupción del poder político y económico de México.

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