Más dinero a los partidos políticos. ¿Hay alternativas?

 08/19/2014 - 13:06

En una importante mayoría, los ciudadanos mexicanos sabemos que no vivimos en un régimen democrático aunque haya elecciones, ya que cada día nuestros derechos humanos, nuestras libertades elementales y nuestra prosperidad nos son negadas.

Sabemos bien que, como opina el 50 por ciento de los mexicanos -según un estudio del IFE (ahora INE) publicado éste mismo año (Liga), en la seudo-democracia a la mexicana "muchos participan, pocos ganan", y no llega ni a 20 por ciento la cantidad de compatriotas que confían en los partidos políticos, para no hablar de las autoridades electorales, en las que sólo dicen confiar un 34 por ciento de los ciudadanos.

Así las cosas: ¿Cómo es posible que esos partidos políticos acumulen más poder y más dinero? Sencillo, ¿no? Ellos mismos desde el poder legislativo deciden cómo repartírselo. Cómo mantener contentos a sus aliados de todos los partidos, para poder proseguir con su altamente rentable negocio de entregar los bienes de la nación. Nuestros impuestos son un jugoso pastel que una pequeña camarilla de encumbrados políticos, comenzando por el máximo puesto, la presidencia, decide cómo distribuir en diferentes tajadas. Algunos partidos simulan estar en contra de las contra-reformas, pero están reaccionando muy tarde, cuando antes firmaron el famoso “Pacto por México”, u otros líderes que simplemente no llamaron a una insurrección ciudadana.

Tomemos en cuenta que los partidos reciben dinero del gobierno federal año tras año, y no únicamente en cada elección. En la nota del periódico El Norte que anexo, se informa que para el año electoral de 2015 en mi estado, Nuevo León, los partidos políticos recibirán 162.2 millones de pesos, un ¡425 por ciento más que en 2014!, ya que en 2014 esa cifra fue de 46.3 millones. Esta cantidad es, como dice la nota, mayor a las asignadas a los municipios. Por ahora, no tengo los datos, pero no dudo que lo mismo suceda en otras entidades. Quienes desde la cúpula del gobierno toman estas decisiones son los mismos personajes que dicen que si se aumentara el salario mínimo se provocaría inflación. Abundancia para su gran teatro electorero, y miseria para el gran pueblo trabajador.

Algunos candidatos y candidatas ciudadanos decentes, sin jamás haber pertenecido a partido político alguno, pero ante la desesperación de ver que nuestro amado México se nos caía a pedazos, y frente al panorama de experimentar que cada día el margen de maniobra para dar un serio viraje de rumbo empeoraba, decidimos en 2012, después de un examen de conciencia sobre nuestra lejanía hacia el activismo, y por primera vez en la vida, dar la batalla electoral a pesar de la repulsión que nos provocaba la política como se practica en nuestro país. Por supuesto que no ganamos, a pesar de alcanzar porcentajes importantes en la votación, mas tampoco se nos entregó sino cantidades ridículas del financiamiento prometido por los partidos que nos postularon. Incluso nos traicionaron y excluyeron aún en cierres de campaña. Luego caímos en cuenta que nuestro esfuerzo y el de quienes votaron por nosotros fue casi estéril, pues los mismos partidos que nos postularon sólo nos usaron para “limpiar” su imagen, no para ganar puestos de representatividad, pues nos daban aquellas candidaturas que estaban seguros se perderían, pero con la ventaja para ellos de obtener exposición y prestigio con la buena proyección de nuevas y “limpias” caras.

El dinero que se les entrega a los partidos es repartido al antojo por sus dirigentes, sin rendición de cuentas, ni siquiera a sus bases. Me consta cómo, aunque el IFE (INE) entregue esos recursos para supuestamente compartir la plataforma de sus candidatos con el público votante, el dinero se desvía, pues casi nunca llega a su destino -a menos que se trate de puestos claves en donde sí les interese posicionar a su candidato incondicional-, lo que deja abierta la pregunta: ¿a dónde va ese dinero que es de todos y del que todos deberíamos conocer su uso?

En la historia más reciente de nuestro país recordamos los dos últimos procesos electorales, el de 2006 y el de 2012, con infinitud de irregularidades, y muchos estamos convencidos de que se trató de burdos y alevosos fraudes que lograron posicionar como inquilinos de Los Pinos a dos personajes que llegaron ahí no por el poder del voto libre e informado, sino por el poder del dinero público -el legal y el desviado de presupuestos estatales-, así como de otras oscuras fuentes. Si una parte de los votos los intercambió el pueblo por tarjetas Monex, a ese grado llega la simulación de democracia en este país. El sistema mantiene en la miseria e ignorancia a grandes masas de la población que luego votan a favor de quién les dio una limosna -ahora en Nuevo León, en el período de clases que comienza, una mochila-. Las elecciones y sus fraudes, amigos míos, nos cuestan muy caros a quienes sí pagamos impuestos, y aún más caras nos cuestan las consecuencias de tener a delincuentes “representándonos”, de tener a quienes “ganaron” tomando decisiones sin consultarnos.

Ahora, ante las elecciones de 2015, en mayor medida que en 2012, muchos más ya no creemos en absoluto en que las votaciones representen un ejercicio democrático, y menos aún creemos que los "triunfos" que los candidatos tengan representen algún beneficio para nuestra economía, seguridad, salud y educación. En fin, algún beneficio para esa mayoría olvidada tras el derroche y alboroto del dinero público, una vez que se cierra la última casilla electoral.

Los partidos políticos no son instituciones democráticas, ya que funcionan como organizaciones verticales y autocráticas, donde el estándar es la “disciplina”, la “línea”, y la secrecía de su cúpula. Estos partidos, a pesar de sus aterciopelados discursos, ignoran a la ciudadanía y tienden a explotar a sus bases, que son las que hacen el trabajo esforzado de calle, y más bien son una dictadura partidocrática que pudo imponernos, en contra de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos (más del 50 por ciento según una encuesta muy reciente del periódico Reforma (Liga), una reforma energética que entregó a la iniciativa privada, principalmente extranjera, la riqueza petrolera y la generación de energía eléctrica.

Estamos ciertos que dentro de las actuales condiciones de corrupción sin límites, sin fiscalización efectiva o contrapesos, la actual reforma será un botín para la oligarquía que nos gobierna, a pesar de la multimillonaria campaña de publicidad para convencernos de lo contrario, llevada a cabo en radio, prensa, televisión, cine e Internet, y que la Presidencia de México pagó, también, con nuestros impuestos.

Si la democracia es, según la definición de la Real Academia el "predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado", estamos claramente ante un régimen opuesto a esa definición. Sufrimos los dictados de una minoría enquistada en puestos de gobierno y dentro de poderosos partidos políticos, que no da ni dará oportunidad de participación a las mayorías, pero que sí seguirá aumentando su poder, su intolerancia y sus ingresos, exigiendo que las leyes que aprueban sus propios legisladores garanticen que esos ingresos puedan ser gastados a discreción, sin obligación alguna de rendirnos cuentas.

Es hora de llamar a las cosas por su nombre, para que por lo menos los "dueños" de los partidos políticos de izquierda y derecha, viejos y nuevos, sepan que hay ciudadanas y ciudadanos que estamos indignados y hartos de sus descaros y abusos, y que ya no nos dejamos engañar con buenos discursos, cinismo rebasado y simulacros de democracia a cargo de nuestros bolsillos.

Tomando prestada una idea que leí en una publicación de "El Mexicambio HA Llegado": la única diferencia entre el ladrón común y corriente y el político electo, es que el ladrón que te roba tu quincena, tu televisión y tu auto, es un mexicano que te escoge a ti; mientras que el político que te roba tu paz, tus derechos humanos, tu acceso a la educación y la salud, tu derecho a un salario digno, los recursos no renovables de México, y que aún después de su deceso, deja endeudadas a las futuras generaciones de mexicanos; a ese ladrón político, a ese, lo “escogemos” nosotros.

Cristina Sada Salinas.

PD. No me pregunten por alternativas. Es tan grande la crisis que no veo la salida. El cáncer no disminuyó su avance cuando “sacamos al PRI de Los Pinos” en el año 2000, sino que empeoró y se volvió aún más turbio.

Antes de saber qué remedio tiene un cáncer, si es que lo tiene, al menos debemos reconocer que lo sufrimos. Vivimos en un país infestado de tumores que están corrompiendo a sus órganos vitales. Reconocer el diagnóstico es la única intención de este artículo.

Estemos atentos a ver qué pasa con movimientos civiles como el encabezado por Gilberto Lozano, el que se gesta alrededor de José Manuel Mireles, o el que acaba de anunciar el día de hoy Fernando Elizondo Barragán en Nuevo León. Entre los ciudadanos hartos del PRIANRD, hay quienes siguen considerando que su líder es Andrés Manuel López Obrador, a quien Gerardo Fernádez Noroña escribió una carta abierta que aún no ha contestado. Yo sí espero la respuesta, precisamente porque lo que ya exigimos los ciudadanos conscientes, entre otras muchas cosas, es completa rendición de cuentas de cualquiera que diga defender al pueblo de México.

¿Revolución armada? Sería una tragedia. Noroña invita a la desobediencia civil. ¿Ustedes? ¿Cuál es su postura?

NOTA DE EL NORTE


Gastan partidos sin reglas

Ejercen en NL fondos a discreción. Reciben más recursos que los municipios, pero no están sujetos a control presupuestal

José García / El Norte

En el 2015, los partidos políticos en Nuevo León no sólo recibirán 425 por ciento más recursos públicos, sino que continuarán teniendo vía libre para gastar a discreción este dinero de los nuevoleoneses.

Y es que las agrupaciones políticas obtendrán el próximo año más fondos que la mayoría de los municipios de la entidad, pero sin los controles que obligan a las Alcaldías y al Estado a definir de antemano cómo ejercerán los recursos.

La Ley Estatal Electoral, la Ley General de Partidos y la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales establecen algunos requisitos a los partidos, como presentar informes trimestrales y anuales ante las autoridades electorales.

Sin embargo, los partidos no están condicionados por los candados y trámites previos que deben seguir los Gobiernos locales para poder acceder a los fondos y luego ejercer sus presupuestos.

Asimismo, no están obligados a justificar la forma y en qué gastaron las partidas recibidas del erario.

Tampoco se les aplica la Ley de Adquisiciones, por lo que pueden realizar sus compras con discrecionalidad.

Para poder tener acceso a recursos, los municipios, por ejemplo, deben presentar un presupuesto al Congreso local, definir cómo se aplicará el dinero y esperar la autorización de los Diputados para ejercerlo.

Posteriormente deben sustentar en sus cuentas públicas la utilización de los recursos vía reportes desglosados y con comprobantes fiscales.

En contraste, los partidos no están forzados a definir en qué aplicarán los apoyos ni a informarlo públicamente, además de que no requieren la aprobación de alguna autoridad.

El gasto de los partidos cobrará mayor importancia el próximo año porque los legisladores federales y locales decidieron, al aprobar la reforma electoral, incrementar significativamente el financiamiento público a las agrupaciones políticas.

Nuevo León lidera a nivel nacional en alza a los partidos, ya que sólo para su gasto ordinario dará 250 por ciento más.

Así, el financiamiento ordinario partidista en el Estado crecerá de los 46.3 millones de pesos de este año a 162.2 millones en el 2015.

Las leyes electorales establecen que este financiamiento debe ser destinado a actividades ordinarias permanentes, como servicios personales, materiales y suministros, campañas internas y gastos de producción de programas de radio y televisión.

Adicionalmente, las agrupaciones políticas recibirán un apoyo de 81.1 millones por ser año electoral, para acumular un incremento del 425 por ciento.

Con este aumento, el PAN tendrá 86 millones de pesos en total, mientras que el PRI recibirá 68 millones.

Esto significa que el partido albiazul tendrá más recursos que los asignados este año a 30 municipios, y los priistas superarán a 26 Ayuntamientos.

Sandrine Molinard, directora del Consejo Cívico, recalcó que es necesario aplicar mayores controles al gasto de los partidos.

"Cualquier entidad que recibe fondos públicos", expuso, "debería de ser sujeto a las mismas reglas que la Administración pública en ciertos temas, como por ejemplo el tema de las adquisiciones y los proveedores.

"Inclusive", reiteró, "en el tema de que para recibir recursos debería de haber un plan de trabajo muy claro, con alcances, metas, que se puedan fiscalizar".

Señaló que los ciudadanos deben saber exactamente qué se hace con los fondos públicos que ejercen los partidos, debido a que esos recursos podrían ayudar a solucionar carencias sociales y de infraestructura.

Mucho dinero, poca claridad

Los partidos políticos en Nuevo León verán disparar sus fondos en el 2015, pero sin controles para sus gastos.

425% más recursos recibirán los partidos en NL en el 2015.

$243.3 millones totalizarán los fondos para partidos el próximo año.

GASTO SIN CANDADOS

· Los partidos pueden gastar a discreción.

· No tienen que informar públicamente de sus gastos.

· No requieren la aprobación de alguna autoridad.

Imagen de cristinasc
Cristina Sada Salinas
Regiomontana, apasionada por la comunicación, en la busqueda de construir opciones de participación ciudadana, para hacer frente a la corrupción del poder político y económico de México.

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