Padre Pantoja: muerte y desaparición resumen fracaso del régimen

Entrevista exclusiva

El padre Pedro Pantoja, incansable defensor de los derechos humanos bajo la guía de la Teología de la Liberación y director de la Casa del Migrante de Saltillo (Frontera con Justicia, A.C.), nos brindó una breve charla sobre la situación por la que actualmente transita nuestro país. Sus palabras, certeras, nos retan a todos a no sumarnos al silencio, sino a la esperanza y al reto humanizador que este momento histórico nos plantea.

El padre Pantoja visitó Monterrey el día de hoy como parte del comité organizador del 1er Foro Internacional de Cine Saltillo Kikapoo, enfocado al cine de derchos humanos, en el cual tendré el honor de participar el próximo jueves 6 de noviembre, el panel “Del carbón al fracking: El futuro energético de la humanidad”. (Información)

ENTREVISTA:

La pregunta de rigor en este momento: ¿cuál es su apreciación desde el norte del país, sobre los hechos de Guerrero? Se habla mucho de que habrá un antes y un después respecto a esta tragedia, en cuanto a la percepción que los mexicanos tenemos de los derechos humanos, ¿usted cree que sea así?

Yo creo que hemos avanzado muchísimo en los procesos de la sociedad civil, en la conciencia colectiva de los acontecimientos. De tal manera que tanto la lucha de los estudiantes del Politécnico, la matanza del ejército a los jóvenes forzados sicarios en Tlatlaya, el encuentro de la muerte de los estudiantes normalistas, la desaparición, nos pertenecen a todos.

En esos días yo regresaba del penal de Tepic, precisamente para interconectar los tres acontecimientos más éste, en la liberación de un preso hondureño que estuvo cinco años injustamente encarcelado, y la mayoría de los días, torturado. Ese símbolo también se une. [Caso de Ángel Amílcar Colón: liga]

¿Cómo podríamos resumir todo esto?: El fracaso de un régimen que es represor y que es opresor; y no a través de analistas o académicos, sino de las mismas palabras de los padres y madres de familia de los normalistas, que tuvieron su reunión conclusiva después del encuentro con Peña Nieto, y sus palabras son tremendamente crudas, diciendo: “no logramos nada, nosotros no queríamos consuelo” —que ni para eso sirve el presidente de la república, porque no tiene sensibilidad, es un muñeco manejado—, ellos dijeron: “no queremos consuelo, queríamos a nuestros hijos. Vivos se los llevaron y vivos los queremos”. (Video)

Tlatlaya, el Politécnico, los normalistas, 36 cadáveres de migrantes encontrados en el desierto de Altar el mes pasado, son nuestros, son propiedad colectiva de la conciencia, y esto va a generar una resistencia civil muy fuerte, pero muy fuerte. El mismo Saltillo que es muy tranquilo, también se vio estremecido estos días por las protestas. Quiere decir que están cambiando las cosas, la sociedad civil ya está más despierta, más combativa; esto va a ser de una resonancia nacional. Si a nivel internacional hasta el Papa se pronunció en contra de los asesinatos y desapariciones de los normalistas, quiere decir que se tiene qué cuidar el régimen mexicano. Si ya está reprobado en Ginebra varios años en derechos humanos, ahora mucho más.

Y en cuanto a la sociedad mexicana, hay un llamado muy específico de los normalistas de Ayotzinapa a una caravana nacional, nos están emplazando a todos.

Claro, es un reto, criminalizado por el Estado, pero profundamente humanizador para todos nosotros. Estaremos ahí el 5 de noviembre para participar de este contingente gigantesco, como lo hemos hecho con las madres de los desaparecidos.

Foto tomada de: liga